Esta composición amaderada, floral y oriental apuesta por un ritmo explosivo desde las primeras notas, con un primer paso suave y aromático marcado por la lavanda sobre un aire de efervescencia orquestado por la pimienta. Un contraste inmediato entre tonos agudos y graves que se armoniza alrededor de un corazón floral.
Reconfortado por el suave bálsamo de tolú, el iris entona su solo combinando la fuerza y la delicadeza de una flor interpretada en masculino. El fondo evoca las tonalidades amaderadas del pachulí y la sensualidad de la vainilla negra para revelar toda su seducción oriental. Un perfume rico y texturado cuyo ritmo se mantiene sobre la piel hasta el final de la noche.
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